Por Víctor Abrego
La evaluación de impurezas no mutagénicas (NMI) es un aspecto crítico en el desarrollo farmacéutico, garantizando que los productos sean seguros para el consumo humano. Si bien las guías ICH Q3A y Q3B establecen un marco general, aún existen desafíos para calificar impurezas nuevas o en concentraciones más altas de lo previamente evaluado.

¿Cómo se evalúan las impurezas no mutagénicas?
La evaluación de NMIs se basa en un enfoque de riesgo, considerando exposición, ruta de administración, propiedades fisicoquímicas y perfil toxicológico. Para impurezas ya presentes como metabolitos en animales o humanos, su calificación puede derivarse de datos preexistentes del principio activo (API), evitando estudios adicionales. Sin embargo, cuando una impureza no está caracterizada, se requieren estudios de elucidación estructural.
Nuevas metodologías para la calificación de NMIs
Dado que la evaluación tradicional puede depender de estudios en animales, se han desarrollado metodologías alternativas para reducir esta necesidad sin comprometer la seguridad. Algunas de las herramientas que son recomendadas son:
- Read-Across (RAX): Permite extrapolar datos de compuestos similares con perfiles toxicológicos conocidos.
- QSAR y toxicología computacional: Modelos predictivos que evalúan el riesgo toxicológico de una impureza basándose en su estructura química.
- Estudios in vitro: Modelos celulares avanzados que ayudan a determinar efectos tóxicos sin necesidad de pruebas en organismos vivos.
- Cálculo del Nivel Aceptable (AL): Estimación de una dosis segura basada en datos toxicológicos disponibles, considerando factores como biodisponibilidad y duración del tratamiento.

¿Cuándo se requieren estudios in vivo?
Solo en casos donde las metodologías alternativas no sean suficientes, se considera realizar estudios en animales. Sin embargo, estos deben estar bien diseñados, utilizando muestras altamente purificadas de la impureza y cumpliendo con principios éticos para minimizar su impacto.
El análisis de impurezas no mutagénicas está evolucionando hacia enfoques más precisos y éticos, priorizando el uso de datos computacionales e in vitro. Comprender estas estrategias es clave para implementar estrategias para poder justificar límites de impurezas específicos para cada producto
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